Los secretos de como alimentar a tu perro

Los secretos de como alimentar a tu perro

 

 

 

La alimentación de los cachorros:

 

La alimentación de los cachorros es de vital importancia para asegurarles una buena salud durante el resto de su existencia. Al igual que ocurre con los seres humanos, el calostro es un líquido translúcido y denso que producen las madres antes de que empiece la producción de leche. Este calostro cumple dos funciones primordiales: les aporta el 90% de las defensas necesarias para sobrevivir en las primeras semanas de vida y hace que la sangre de los cachorros circule correctamente. A continuación, las hembras empiezan a producir la leche materna propiamente dicha. Es el mejor alimento para el cachorro pues contiene una gran cantidad de proteínas, grasas, calorías y calcio. Si por alguna razón el cachorro no puede ser alimentado por su madre, el veterinario le recetará una leche de sustitución especialmente formulada para satisfacer las necesidades de los cachorros. No le de leche de vaca o de cabra porque contienen un aporte energético distinto al producido por las hembras. Además, la leche de vaca no es apta porque presenta una mayor cantidad de lactosa y hace que los cachorros tengan el vientre suelto. El destete debe empezar a partir de la tercera o cuarta semana, y terminará en la octava semana. A partir de la cuarta semana podrán empezar a lamer alimentos húmedos o, si lo prefiere, puede darles una papilla de transición antes de pasar al pienso seco. Es importante que al principio humedezca el pienso con agua hasta que poco a poco el cachorro coma pienso seco, lo que ocurrirá a partir de la octava semana. Los cachorros suelen necesitar entre 4 y 5 comidas al día hasta que alcanzan los 4 meses de edad. A partir del quinto mes bajará a 3 comidas al día, y a partir de los 8 meses tomará 2 comidas al día. Los cachorros deben disponer en todo momento de agua fresca y limpia.

 

 

Componentes de una buena comida de perros.

 

Hay piensos para perros que no tienen una calidad aceptable para cubrir las necesidades diarias del animal. Hay que fijarse bien en las etiquetas de las comidas para perros antes de comprar algún tipo de pienso.

 

Es importante fijarse en el aporte calórico del pienso y tener en cuenta que debe contener una cantidad acorde con el peso, la actividad física, la edad y el estado fisiológico (gestación, lactancia, castración, ...) del animal. Los piensos de supermercado no llegan a cubrir más del 85% del aporte calórico necesario, por lo que nuestras mascotas se quedarán con hambre. Si el pienso contiene una cantidad elevada de residuos minerales, quiere decir que se han usado ingredientes de mala calidad, como pueden ser cáscaras de cereales o una harina de pollo con exceso de picos o plumas. La fibra no es indispensable pero sí recomendable para el tránsito intestinal. Los piensos de supermercado suelen contener entre el 1 y el 3% de fibra, una cantidad mínima pero aceptable. Si un pienso contiene una cantidad elevada de fibra, se reduce la digestibilidad de los nutrientes y aumenta el volumen de las heces. Por esta desventaja hay que limitar el porcentaje de fibra en el pienso. Los hidratos de carbono son un elemento principal en los piensos secos. Hay que evitar los productos cuyas kilocalorías procedan de los hidratos de carbono en más de un 60%. Los perros necesitan alimentos ricos en proteínas, como la carne. Los piensos de supermercado contienen una cantidad aceptable de proteínas pero suelen ser de muy mala calidad porque a veces les falta aminoácidos esenciales que deben ser el 50%) o tienen un exceso de colágeno.

 

Cuanta más grasa contiene un alimento, más apetecible es para el perro. Pero lo corriente es que se encuentre entre un 5 y un 20%. Demasiada grasa podría favorecer la obesidad del animal. En cuanto a los minerales, hay piensos secos que contienen unas cantidades inadecuadas, presentando sobretodo un exceso de calcio, lo que provoca la formación de cálculus o estreñimiento. Además, una dieta desequilibrada en calcio o fósforo puede favorecer la aparición de cálculus urinarios. Es importante fijarse que el pienso contenga vitaminas A, D y E. La carencia más significativa suele ser de vitamina E, que es un antioxidante esencial en la prevención de alteraciones inmunológicas, de reproducción en la piel y en la musculatura.

  

 

 

Síntomas de una mala nutrición.

La mayoría de los piensos contienen todas las vitaminas y minerales necesarios para que el perro pueda vivir comiendo solo de él. Pero lo que no mencionan es la calidad o digestibilidad de los productos o de las sustancias añadidas: harina de carne (plumas, picos, huesos, … que se usan como proteínas), aditivos que añaden para potenciar el sabor, colorantes o conservantes. La intoxicación o alergia causada por estas toxinas se reconoce a través de síntomas como los siguientes:

 

  • Picores en la piel.
  • Urticaria.
  • Pérdida de pelo.
  • Se muerden los pies.
  • Orejas cerosas.
  • Lagrimeo en los ojos.
  • Mal aliento.
  • Mal olor corporal.
  • Hiperactividad.

 

Si su perro presenta algunos de estos síntomas, averiguar si son causados por el pienso que ingiere es muy sencillo. Puede someter a su mascota a una dieta de eliminación o neutral durante unas semanas. No le dé nada que pueda contener algún tipo de aditivo, cocine usted la comida o recurra a piensos holísticos o a piensos hipoalergénicos. Normalmente, a partir de la tercera semana debería empezar a ver mejoría que irá en aumento a lo largo de las semanas, según el perro vaya eliminando toxinas.

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